I
De niño tenía excelentes gustos
cuando estaba al frente de un excelso cuerpo
como aquel de la niña ya mujer
el cual fue cincelado parte a parte
con la mejor arquitectura humana
entretejida con el vigor de la naturaleza.
II
Las bellezas tienen sus juegos y secretos
muy difíciles de descifrar
por más que busque comprender aquello
aún conservo el misterio de ese espíritu oculto.
III
Esos ojos tuyos con aquel mirar
cuando me hechizaste al fijarte en mí
tu pelo, tú cintura, tú amable sonrisa
te apodera entera cuando pienso en ti.
IV
Ahora, que hace tanto tanto
de aquel encuentro en que me impresioné
o cual violeta en cada primavera
te contemplo en el tiempo
pareciendo que los años no han pasado
te sigo viendo como en un espejo nuevo
cada vez que se aproxima mi aniversario.
V
Y sabiendo cómo se
puedo decir sinceramente
que en este largo tramo del tiempo
he olvidado más que lo que sé.
VI
Entre este presente y de olvido
el cual he ido acumulando
puedo afirmar con dulcedumbre
que tú sigues en los adentros de mi alma.
VII
Ya los años vienen dejando huellas
aunque todo pase como ha de pasar
conservo en mí lo que despertaste:
La conciencia pura de los buenos hombres
o aquel compromiso de la especie humana
que aunque todo pase como ha de pasar
vivirá por siempre la procreación
y el amor por ti que Dios me dió.
