El Consejo de Seguridad de la ONU impone nuevas sanciones a Corea del Norte


Naciones Unidas ha impuesto, a instancias de Estados Unidos, una nueva oleada de sanciones económicas a Corea del Norte que incluyen el recorte en un 90% de la importación de productos refinados del petróleo y la prohibición de que Pyongyang incremente sus compras de petróleo crudo por encima de su nivel actual. Es la cuarta ronda de sanciones que la ONU impone al régimen del dictador Kim Jong-un en trece meses, y la tercera desde que Donald Trump llegó al poder.

La votación en el Consejo de Seguridad, por 15 votos a favor y ninguno en contra, es un triunfo incuestionable para el presidente de EEUU, que ayer además refundó la reforma fiscal aprobada por el Congreso el miércoles, que incluye una masiva bajada de la fiscalidad de las empresas. Así pues, tanto en el frente externo como en el interno, Trump acaba 2017 con las mayores victorias desde que llegó a la Casa Blanca hace 11 meses.

Las primera pata de las sanciones es relativa a la energía. La ONU prohíbe que Corea del Norte importe más de medio millón de barriles de productos refinados del petróleo al año. Eso consiste en una reducción del 75% en relación a la última oleada de sanciones, en septiembre, que fijaba un máximo de dos millones de toneladas, y que a su vez recortaba en un 50% la importación de derivados del petróleo por ese país. Así pues, un año de lanzamientos de misiles y de enfrentamientos verbales con Donald Trump le han costado a Corea del Norte la friolera de un recorte del 90% de su importación de refinados del petróleo.

La ONU, además, prohíbe a Corea del Norte aumentar su importación de petróleo crudo, es decir, sin refinar. En la actualidad, el régimen de Kim Jong-un compra en el exterior cuatro millones de barriles de petróleo al año que refina en sus plantas petroquímicas de Ponghwa y Sungri. Es una cifra minúscula, que revela hasta qué punto Corea del Norte es un país empobrecido hasta extremos inimaginables, como revela el hecho de que Corea del Sur importó en octubre tres millones de barriles diarios, es decir, el 75% de lo que compró el Norte en un año. Pero Corea del Norte necesita desesperadamente ese petróleo, sobre todo porque su economía ha estado viviendo un boom en los últimos años. En 2016, el PIB de Corea del Norte creció un 3,9%, su mayor aumento en 17 años, según estimaciones de la agencia de noticias financiera Bloomberg.

Alquiler de ‘esclavos’

La segunda pata de las sanciones atañe directamente a una de las herramientas empleadas por el régimen de Kim Jong-un para obtener divisas: la exportación de mano de obra, que es cedida en régimen de alquiler – una forma moderna de esclavitud – a terceros países y empresas, y que debe entregar sus ingresos en divisas fuertes al régimen del ‘amado líder’. No es una fórmula innovadora. De hecho, ha sido empleado con gran éxito por otras dictaduras comunistas sometidas a un embargo: Cuba.

Se estima que Corea del Norte ha alquilado unos 50.000 de éstos ‘esclavos del siglo XXI’ que trabajan siete días a la semana a minas malasias y rusas, talleres de costura chinos, e incluso a constructoras qataríes que estaban levantando los estadios del Mundial de fútbol de 2022. Ahora, la ONU ha exigido a los países que tienen esta mano de obra decimonónica que la expulsen. Pero les ha dado un plazo de 24 meses, con lo que hasta 2020 podrán seguir trabajando para sus países de acogida y cobrando en nombre de Kim Jong-un. +

La posición rusa y china

Pero la gran duda es, como siempre en el caso de las sanciones de la ONU, si éstas se van a poner en práctica. La Resolución aprobada ayer insta a los países a que examinen el cargamento de los barcos en ruta a Corea del Norte. Pero no autoriza la inspección de esas naves cuando están en aguas internacionales. Eso es un fracaso para Estados Unidos, que lleva tratando de conseguir el permiso de Naciones Unidas, porque así tendría autorización para imponer, con la ayuda de sus aliados en Extremo Oriente, un verdadero embargo marítimo de material prohibido en rumbo a Corea del Norte. La ONU tampoco ha ordenado la inmovilización de los fondos de Kim Jong-un fuera del país, como deseaba Washington, en un esfuerzo de hacer que las sanciones afecten directamente al dictador norcoreano.

Finalmente, está la aplicación de las medidas por los dos países con los que Corea del Norte tiene frontera, y que no son precisamente aliados de EEUU: Rusia y China. De hecho, no es coincidencia que la refinería de Ponghwa esté junto a la frontera china – y conectada por vía férrea con los campos petroleros de Dandong, en ese país – , y la de Sungri junto a la rusa. No es solo petróleo. Según ‘Bloomberg’, la causa del boom económico de Corea del Norte son las reformas económicas en ese país y las importaciones de todo tipo de productos, incluyendo minerales para industrializar el país, de China.


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