7 cosas que usted debe saber que pueden afectar a su memoria


El estilo de vida es esencial para frenar el deterioro cognitivo

Nuestra memoria puede deteriorarse por muchos motivos y algunos de ellos son evitables, ya que tienen que ver con nuestro estilo de vida. El tabaco, una mala alimentación, la falta de sueño o de ejercicio son algunos ejemplos.

Los expertos coinciden en que un diagnóstico precoz es fundamental para prevenir o frenar a tiempo el deterioro cognitivo, así que cuanto antes conozcamos los factores sobre los que podemos actuar, mejor.

1. Una mala dieta

Una dieta que incluya altas cantidades de azúcar y comida ultraprocesada no es buena para nuestra salud en muchos sentidos, y tampoco para la memoria: las grasas “malas” y el azúcar deterioran la memoria espacial y la flexibilidad cognitiva y se relacionan con pérdidas de memoria a corto y largo plazo.

Si las grasas trans y saturadas son enemigas de la buena memoria, las mono y poliinsaturadas son sus aliadas. Estas se encuentran sobre todo en la dieta mediterránea la cual, como explica la doctora Carla Abdelnour, coordinadora del Grupo de Estudio sobre Cognición y Conducta de la Sociedad Catalana de Neurología, de la Academia de Ciencias Medicas de Catalunya, es la más recomendable si se quiere mantener una buena salud cognitiva.

“Los hábitos alimenticios se han estudiado en su relación con los fallos de memoria y se ha encontrado que la dieta mediterránea previene el desarrollo de deterioro cognitivo y demencia. Por ello, se recomienda seguir la dieta mediterránea, que consiste en el consumo de aceite de oliva, frutos secos, pescado, vegetales, frutas, legumbres, cereales y yogur, sobre todo”.

2. La falta o el exceso de sueño

Se trata de lograr un equilibrio, ya que tanto el exceso como la falta de sueño se relacionan con un aumento de las posibilidades de padecer la enfermedad de Alzheimer. El motivo está en el metabolismo de la proteína amiloide, cuyo depósito se encuentra presente en dicha enfermedad.

“Datos de estudios sobre el sueño y la proteína amiloide indican que ésta se metaboliza durante el sueño, por lo que una disminución o exceso de horas de sueño alteran su metabolismo y favorecen su depósito”, explica Abdelnour. Lo ideal es dormir ocho horas cada día, aproximadamente.

3. El tabaco

Según un estudio publicado en la revista Nature, fumar reduce el tamaño de la corteza cerebral, un área que desempeña un papel importante en la retención de recuerdos, el envejecimiento cognitivo y la inteligencia.

Si bien hay indicios de que la corteza puede recuperarse una vez se detiene el consumo de tabaco, se trata de un proceso largo, que puede durar años; cuanto antes se ataje el problema, mejor.

Además, el consumo de tabaco aumenta el riesgo de enfermedades cerebrovasculares, las cuales pueden cursar con deterioro cognitivo.

4. La falta de ejercicio

“El ejercicio físico disminuye el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo, por lo que se recomienda realizar ejercicio físico aeróbico: por ejemplo, caminar 30 minutos diarios”, explica la neuróloga.

El ejercicio aeróbico favorece la liberación de hormonas de crecimiento, las cuales ayudan al cerebro a funcionar de manera más efectiva. Además, reduce la resistencia a la insulina y la inflamación y estimula la liberación de sustancias químicas en el cerebro que mejoran la salud de las células cerebrales.

5. La depresión y la ansiedad

La depresión y ansiedad son alteraciones del estado de ánimo que pueden cursar con fallos cognitivos coo fallos de memoria reciente, alteración en la atención o disminución en el procesamiento de la información.

Abdelnour añade que, cuando un paciente que padece depresión y/o ansiedad presenta alteraciones cognitivas, se recomienda realizar un estudio neurológico porque también hay algunas enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, que pueden presentar alteraciones del estado de ánimo.

La ansiedad también puede afectar a la pérdida de memoria: las personas que tienen un nivel de ansiedad alto producen más cortisol, la hormona del estrés, que también tiene efectos sobre el cerebro y puede dañar la memoria. Además, quienes padecen ansiedad suelen tener más dificultades para dormir, lo que incrementa el sobre las capacidades cognitivas.

6. Déficit de vitamina b12 y la tiroides

“La hipovitaminosis B12 y las alteraciones de la hormona tiroidea pueden cursar con deterioro cognitivo, es por ello que siempre en el estudio de una persona con sospecha de deterioro cognitivo, se solicitan los niveles de vitamina B12 y de hormona tiroidea (TSH y T4 libre) para descartar su alteración”, comenta Abdelnour.

Obtener suficiente vitamina B12 es esencial para un estilo de vida saludable y la producción de glóbulos rojos, nervios y ADN. Podemos encontrarla en los huevos, la leche y el pescado, sobre todo.

7. Determinados medicamentos

Algunos medicamentos contra la ansiedad, también conocidos como benzodiazepinas, pueden reducir la actividad en determinadas partes del cerebro y conducir a la pérdida de memoria a corto y largo plazo.

Los que reducen el colesterol también pueden afectar a la memoria, al disminuir la cantidad de lípidos en el cerebro, los cuales son clave para la memoria y el aprendizaje.También pueden afectar los medicamentos anticonvulsivos, los analgésicos narcóticos y los antidepresivos.

Fuente:   La Vanguardia


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